6 de mayo de 2008

Cuatro tierras y cuatro soles.

Para el pensamiento indigena, el mundo ya ha existido varias veces.

Que para entonces ya eran cuatro tierras y cuatro soles las que ya han existido, a estas etapas fueron nombradas por los antiguos mexicanos "soles", en cada sol o etapa surgian nuevas formas de vida y de alimento pero mejorados.

Lo que caracterisa a estas edades son las cuatro fuerzas primordiales, el agua, la tierra, el fuego y el viento, que fueron pasando una por una hasta llegar ala quinta época designada la del "Sol de movimiento".

Los primeros hombres eran de ceniza, que el agua terminó con ellos, convirtiéndolos en peces.

Los segundos hombres eran gigantes pero cuando se caían nunca se levantaban, se caían para siempre, y hací terminón la segunda etapa.


Los hombres de la tercera, que en ese entonces el sol de ellos les llovió fuego y piedresillas lo cual fueron convertidos en guajolotes.



Y los del cuerto sol no fuenron convertidos sino que se fueron a vivir a los montes trans formandose en tlacaozomatin, hombres-mono.





La quinta edad en que vivimos nace en Teotihuacan que de ella sabemos habrá movimientos de tierra y habrá hambrey así pereceremos, pues cada sol acaba con un cataclismo.

Ya creado el quiento sol los dioces se preocuparon por restaurar alos humanos.

Los Aztecas contaban esto así:

«Hicieron luego el fuego, y hecho, hicieron medio sol, el cual, por no ser entero, no relumbraba mucho, sino poco. Luego hiciron a un hombre y a una mujer: al hombre le dijeron Uxumuco y a la mujer Cipactonal. Y mandáronles que labrasen la tierra; y a ella que hilase y tejiese. Y que de ellos nacerían los macehuales, y que no holgasen, sino que siempre trabajasen. Y a ella le dieron los dioses ciertos granos de maíz, para que con ellos curase y usase de adivinanzas y hechicerías, y así lo usan hoy en día de hacer las mujeres.»

Tenían numerosos dioses:




Coatlicue, la diosa de la tierra.















Huitzilopochtli, el dios de la guerra.

Frecuentemente aparece en la poesía Ipalnemoani (por quien se vive), la fuerza suprema.
Cada aspecto de la vida sexual estaba asociado a un dios diferente. Así, Xochipilli era el dios de las flores, del amor, de la fertilidad y de las relaciones sexuales ilícitas; al igual que su esposa, la diosa Xochiquétzal, quien, además era protectora de la prostitución (que como se ha dicho antes, era lícita).

Por su parte, Tlazoltéotl era la diosa del placer, la voluptuosidad, la fecundidad y la fertilidad. Ella protegía a las parturientas, a las parteras, a los hechiceros relacionados con el mundo amoroso y a los hombres de intensa actividad sexual.





Cada fenómeno atmosférico también era asociado a un dios: a Tlaloc las lluvias, a Quetzalcóatl Ehecatl los vientos.




Según los aztecas sólo se vive una vez, y la vida esta llena tanto de sufrimiento como de alegría y la única manera de perdurar tras la muerte es alcanzar la fama, si bien la propia fama desaparece cuando los mueren los que recuerdan al difunto.

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